En este portafolio quisimos volver a los inicios; Al lugar en el que comienza y se construye una prenda de vestir. Es por esto que quisimos presentar el trabajo de Alejandra Filipponi, Artista con mención Textil que ha ido trazando su camino en torno al arte, el oficio, la manualidad y la tradición familiar. Se trata de Una creadora que ha visto el arte de coser a través de los materiales de confección que dialogan en un espacio de autoconocimiento y que facilitan la creatividad. Su taller, al igual que su obra, se ha convertido en un espacio de encuentro de mujeres que comparten en torno a un objetivo a través de un mismo camino: el aprender haciendo.

Las herramientas para la confección de una prenda de vestir son la base y el punto de partida que constituye la reunión de los materiales para la construcción y su elaboración. El taller Textilera de Alejandra Filipponi proporciona la maquinaria e implementos para comenzar a trazar los moldes y las ideas de los proyecto que traen sus alumnas. La manera de trabajar consiste en primero ejercitar con instrucciones simples para la elaboración del molde base. El dibujo es el punto de partida para comenzar a trabajar y llevarlo al volumen que, luego con la experiencia, son capaces de transformarlo y desarmarlo para lograr sus propios proyectos.

Quienes son parte del taller desafían la habilidad de aprender a usar la maquinaria, un lenguaje que para algunas puede ser extraño. La mayoría de las alumnas toman el taller lo hacen para diferenciar sus creaciones de las prendas masivas y así poder personalizar su ropa, transformando, reutilizando y arreglando. Lo primordial es que se conectan con la manualidad y el método de aprender – haciendo, en el que el equivocarse, corregir, hacer de nuevo, mejorar y repetir el ciclo hasta lograr los objetivos del trabajo es la meta. Se trata de un método personalizado ya que se centra en las experiencias de cada participante.

En este espacio hay tiempo para la experimentación, procesos individuales y realización de las prendas. Las alumnas encuentran un medio para volver a hacer con las manos, recuperando tradiciones y, a la vez, darle un sello original a su ropa.

Cuando las clases terminan y quedan los materiales en soledad, hay un mundo que connota simpleza, silencio de espacios vacíos e introspección. Con perceptibilidad, las imágenes de Antonia Cafati muestran una propuesta austera y sencilla. Logra crear lugares limpios y atmósferas simples donde está presente lo onírico y el inconsciente. En ese espacio deja que los sueños se encuentren en estos lugares comunes difíciles de olvidar en los que se ha dado vida a miles de piezas y en el que las creaciones han pasado por diferentes caminos de experimentación logrando, así, resultados inesperados. Entre clase a clase hay paréntesis “vacíos” para pensar y replantear el proyecto en desarrollo, tiempo de búsqueda y,a veces, respuestas para conseguir el objetivo atemporal y femenino por el cual llegaron al taller para aprender.

Los elementos neutros que Antonia Cafati elige como imágenes a fotografiar dejan traslucir la calidez y un aire femenino que muestran una atmósfera que no revelan ni tiempo ni la edad, como lo que encontró en el taller de Alejandra.

Contacto Diseñadora: Alejandra Filipponi

Fotografía: antocafati (@) gmail.com